Muchas personas en este mundo creen por error que su actitud está determinada.
Se ha convertido en tal hábito para ellos, que creen que no pueden cambiarla.
La ven como una de las cartas que la vida les repartió, como la altura o el historial de cáncer en la familia.
Con todo, eso no es verdad. Su actitud es una elección. Si desea hacer de su día una obra maestra, necesita tener una gran actitud.
Si no es buena ahora, necesitamos cambiarla. Tome la decisión.